Las razones que llevan a una persona a vivir en el extranjero son diversas, mejorar su futuro y el de sus familias, vivir experiencias interesantes y viajar. Los países de recepción se benefician también de la inmigración y el aporte de los expatriados. Sin embargo, la vida de los expatriados también tiene retos inherentes, como la de enfrentarse a veces a ciertas formas de discriminación. A la inversa, en algunos lugares, los lugareños pueden considerar a los expatriados como privilegiados.