El gobierno espera bajar los precios de los inmuebles y construir más viviendas. Obviamente, esto tendrá un impacto significativo en los compradores extranjeros. Justin Trudeau también anunció una reinversión masiva en viviendas para las clases medias y los más precarios, esperando que esta estrategia acabe con la especulación. Pero Canadá no es el único país que se enfrenta a esta situación.
Los expatriados ricos hacen subir los precios de la vivienda en Canadá
Las nuevas medidas son definitivamente una mala noticia para los expatriados ricos. En abril, el gobierno de Trudeau introdujo una prohibición de dos años para la compra de propiedades por parte de extranjeros. Canadá no está dejando de lado su burbuja inmobiliaria. En los dos últimos años, los precios de la vivienda subieron más del 50%. Actualmente, una vivienda cuesta casi 870.000 dólares canadienses (unos 640.000 euros). Desde el comienzo de la pandemia, los expertos advirtieron que la crisis inmobiliaria se agravaría, al igual que la brecha entre los ingresos muy altos y los bajos. Esto es especialmente cierto para los inversores extranjeros ricos que no están familiarizados con la realidad socioeconómica del país. Los expertos creen que las inversiones inmobiliarias realizadas por extranjeros adinerados incluirían únicamente las variables que permiten obtener beneficios. Mientras tanto, muchos inquilinos de clase media retrasaron o cancelaron sus planes de compra de bienes inmuebles desde el comienzo de la pandemia, al no estar seguros de su capacidad para soportar dichas inversiones a largo plazo. Otro factor crucial es que las obras de construcción se paralizaron durante los picos y cierres de Covid, lo que provocó grandes retrasos en los proyectos inmobiliarios.
La prohibición de la compra de propiedades para los inversores extranjeros ricos no es la única medida adoptada por el gobierno canadiense. También se ha anunciado un aumento de la financiación para la construcción de viviendas. Se ha calculado un presupuesto de 4.000 millones de dólares canadienses en dos años para construir al menos 10.000 viviendas, más 6.000 adicionales para las familias más precarias. Pero en Ontario -donde se ha introducido un impuesto sobre la compra de propiedades por parte de extranjeros- las opiniones son algo dispares. En Toronto, por el contrario, las compras inmobiliarias realizadas por extranjeros apenas representan el 3% del total de compras.
Especulación inmobiliaria en Europa
También en Europa los precios de los inmuebles han aumentado, especialmente en Bélgica, Francia, Reino Unido, Alemania y España. Portugal, sin embargo, registró la subida de precios más importante (27,5%.). En Alemania, los precios subieron un 23,5%. En otros países europeos en los que los precios de los inmuebles también han aumentado, la situación es menos caótica. Al igual que en Canadá, los salarios de los posibles compradores (excluyendo a los extranjeros ricos) no están a la altura del aumento de los precios de los inmuebles. Por un lado, la crisis sanitaria provocó un repunte del mercado inmobiliario, aumentando los traslados de las ciudades a los suburbios. Pero el repunte es temporal y no oculta los desequilibrios del mercado inmobiliario. También en este caso, la especulación inmobiliaria provocó la subida de los precios de los inmuebles.
Al mismo tiempo, los extranjeros ricos siguen invirtiendo en el sector inmobiliario europeo. En 2022, Portugal y Polonia figuran entre los países más prometedores para la inversión inmobiliaria. En Polonia, la especulación es evidente. Los inversores extranjeros aprovechan la crisis económica para comprar inmuebles baratos hasta que los precios vuelvan a subir. Además, el visado de oro de Portugal, con sus beneficios fiscales, es una bendición para los extranjeros ricos. Según los expertos, el país debe en parte su recuperación económica a los extranjeros ricos que invirtieron masivamente en el país tras la crisis financiera de 2008. Al reactivar su industria turística, Portugal se convirtió en un popular destino turístico y de expatriados. Sin embargo, la pandemia de Covid desencadenó otro fenómeno: los residentes redescubrieron sus barrios, al menos durante los primeros confinamientos. Pero al reabrirse las fronteras, la lenta recuperación económica reavivó las preocupaciones. Como resultado, el gobierno portugués se enfrenta a un nuevo reto: el de luchar contra la especulación inmobiliaria y facilitar el acceso a la propiedad a los portugueses, al tiempo que se reactiva la economía.
