El desconcertado
Lleva meses preparando su proyecto de expatriación. Sin embargo, no tiene ninguna garantía de que las cosas vayan a pasar como él desea. Preocupado por los controles sanitarios y la complejidad de ciertos trámites, por no hablar de la prueba obligatoria de PCR, no sabe muy bien qué hacer. Si ha decidido lanzarse a lo desconocido, es porque busca respuestas a sus preguntas. Pero en sus ojos se puede leer la incertidumbre y la ansiedad. ¿Logrará el éxito? ¿Se adaptará a la vida en su nuevo destino? Si te cruzas con él, le podrás preguntar.
El decepcionado o decepcionada
Desgraciadamente, las cosas no le salieron como había planeado. Se puede ver en sus ojos. Su tristeza está escrita en su rostro. La crisis puede haberle llevado a perder su trabajo en su país de acogida. Y sin trabajo, no hay visado. Tal vez el mercado laboral de su país de residencia no le ofrece muchas oportunidades. En el avión, con su pequeña familia, obligado a empezar de nuevo en un país distinto al que ha vivido durante los últimos años. Sueños rotos, el pequeño mundo que había construido parece desmoronarse bajo el peso de las consecuencias de la crisis. Vuela al extranjero con el corazón lleno de esperanza.
El retornado o retornada
Tras un complejo proceso que duró varios meses, finalmente encontró un asiento en el mismo vuelo que usted. De camino a su país, para reunirse con su familia y amigos, después de pasar más de un año solo, sin olvidar los confinamientos y las restricciones sanitarias, como la prohibición de salir sin permiso. Si ya sabe que va a pasar los próximos días en cuarentena, ya está pensando en reunirse con sus seres queridos, y volver, más o menos, a una vida y un trabajo normales.
El o la optimista
Es alguien que nunca se rinde. Está bien, vuelve a su país de origen, pero es sólo por un tiempo, a la espera de días mejores. "¡Volveré! ", dice a sus amigos mientras se despide. De hecho, no tuvo que dejar su trabajo, ya que seguirá trabajando a distancia durante algún tiempo. Lo único que pide es escapar por un tiempo del encierro en su país de acogida y disfrutar de la cercanía de su familia.
El enamorado o enamorada
Entre la pandemia, las restricciones de viaje y el confinamiento, ha esperado mucho tiempo para reunirse con su media naranja al otro lado del mundo. Ahora que las fronteras del país donde vive su pareja están abiertas y es posible volver a viajar, ya no hay razón para posponer el reencuentro. Por eso se ha arreglado: nuevo corte de pelo y ha perdido los kilos de más que había cogido durante el confinamiento.
El esposo o esposa
Llevan meses separados el uno del otro debido al cierre de las fronteras, y si tienen hijos, estos sufren la ausencia del papá o la mamá. Así que para ella o él no hay motivos para que la pandemia prolongue esta separación. Sólo le quedan unas horas por delante para reunirse de nuevo con su amado o amada.
El despechado o despechada
Para este expatriado, nada volverá a ser lo mismo. El encierro fue una especie de revelación para su pareja. Por nada del mundo querría continuar esta vida que no corresponde a sus expectativas. Así que optó por volar hacia nuevos horizontes con la esperanza de que esta experiencia en el extranjero le depare agradables sorpresas, aunque todavía le cueste recuperarse de su desengaño amoroso.
El aventurero o aventurera
Siempre le ha picado el gusanillo. Por eso, en cuanto surgió la oportunidad, se apresuró a comprar su billete de ida y hacer las maletas. Si los últimos meses le han impedido conocer gente nueva, descubrir nuevas culturas y probar nuevos platos, ha aprovechado para aprender nuevos idiomas que le van a ser muy útiles en sus futuras aventuras en tierras desconocidas. Es imposible pasar por alto su aire impaciente y entusiasta.
El motivado o motivada
Lleva meses buscando trabajo, desde que la empresa para la que trabajaba quebró. Por fin ha encontrado un trabajo que le conviene, aunque signifique estar lejos de su país y de sus seres queridos y cambiar de vida. Lo reconocerás por su expresión seria y concentrada, y el ordenador siempre cerca.
El o la oportunista
Le atrae especialmente la dulzura de una vida relajada. Un buen día, se enteró de que una isla paradisíaca ofrecía un nuevo visado que le permitía instalarse sin ninguna restricción. Así que no perdió ni un momento. Aquí está, en el avión, vestido con su camisa floreada y sus pantalones cortos, esperando pisar la tierra prometida y poder disfrutar del mar, las playas y del sol durante todo el año.
