2020, Navidades lejos de la familia

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Publicado el 2020-12-02 a las 12:51 por Javier Olivas Alguacil
Las fiestas navideñas se acercan inexorablemente un año más. Muchos de los que viven en el extranjero solían regresar a sus países para pasar estas fechas con su familia y amigos. Este año el contexto global ha complicado esta posibilidad. ¿Cómo lo están afrontando los expatriados?

Llega el mes de diciembre y como cada año, lo vivimos con una mezcla de sentimientos encontrados. Una cierta melancolía al constatar el paso del tiempo, pero también, ciertas dosis de esperanza ante los nuevos proyectos para el año que asoma. La nostalgia de lo ya vivido y la evidencia de que ya se nos escapó, convive con el deseo de sumergirnos en nuevas aventuras. 

Todas estas emociones son un cóctel que a muchos se les sube de mala manera a la cabeza. Y bien, la mejor manera de poder lidiar con todas estas convulsiones del alma es rodearse de nuestros seres queridos y aplicar la infalible terapia del afecto. El buen comer y un par de copas también ayudan a la tarea. Pero ¿hasta qué punto es factible para los que viven en el extranjero? La Pesadilla ante de Navidad, de Tim Barton, es una comedia muy ligera si la comparamos con el drama que afrontan algunos expatriados. 

A día de hoy un gran número de países mantienen restricciones de entrada, imponen cuarentenas y aislamientos a la llegada, exigen test o limitan las reuniones y celebraciones en grupo. Todo esto, está haciendo desistir a aquellos que habían previsto volver a sus países de origen a finales de diciembre. A estos motivos hay que sumar la incertidumbre ante una incierta evolución de la pandemia que les podría llevar a verse bloqueados en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo. 

Para Clara, que vive en Singapur, los impedimentos son demasiados: “me da miedo volver a España y tener problemas cuando regrese aquí. Echo de menos a los míos, pero el precio a pagar por verlos este año es demasiado caro y no solo hablo del billete de avión”. Su manera de afrontar nos dice “pasa por la aceptación del momento tal y como se presenta”, Zenón de Sitio, padre del estoicismo, no podría estar más de acuerdo con esta manera de afrontar la realidad. 

Luz, venezolana expatriada en los Estados Unidos, no puede imaginar estas fechas lejos de los suyos. Más aún cuando es su primer año en el extranjero. “No conozco mucha gente aquí, no me ha dado tiempo a hacer amigos y me da que me voy a deprimir mucho los días Navidad”. No es la única, miles jóvenes que realizan sus estudios en el extranjero han desistido de la idea de regresar a sus países de origen ante la complejidad de la situación. 

Muchas de las imágenes que nos ha dejado este año 2020 nos recuerdan a películas de ciencia ficción y hemos tenido la sensación de vivir una realidad distópica más propia del universo cinematográfico de Ridley Scott. Algunos films, como Contagion de Steven Andrew Soderbergh se adelantaron a los que hemos vivido este año. Pero para muchos expatriados estas Navidades van a parecerse más a una película de supervivencia en soledad de Mat Damon en Marte, misión rescate. En todo caso, si algo hemos aprendido este año es que la realidad puede superar con creces la ficción y que nuestra capacidad para encajar los envites de este nuevo decenio es mucho mayor de la que creíamos. 

Hay casos, por ejemplo, de personas que se vieron atrapadas en sus lugares de retiro o vacaciones en medio de la crisis sanitaria y viendo la mala evolución de la pandemia en sus países de origen decidieron alargar sus estancias hasta que la situación mejorara. Este es el caso de Paula, que junto a su marido Domingo se encuentran en Isla Mauricio desde inicios de año. “Nos da un poco de pena pasar las Navidades lejos del hogar, pero, ahora toca ser pragmáticos. Además aquí no lo estamos pasando tan mal”.

Para otros, esto no ha hecho más que facilitarles las cosas. “A mí, siempre me dieron igual las Navidades. Soporíferas e interminables reuniones familiares, compras, consumismo y pretendido buenrollismo navideño, siempre me han dado mucho palo” nos confiesa Carlos, “este año, al menos, tengo la coartada perfecta”. 

Pero para aquellos que sí viven el espíritu navideño y les toca estar lejos de casa, tendrán que buscar consuelo de alguna otra manera. Una opción es la que nos propone Mario, expatriado en Filipinas: “este año voy a aprovechar para descubrir cómo se celebran aquí, qué se come y cómo se disfruta. Iré a casa de amigos en los días señalados e intentaré vivir al máximo, inmerso en otra cultura”. 

Otra opción es la que nos explica Rosalía, expatriada en Francia, “yo la pasaré en mi apartamento, ahora no podemos salir mucho aquí por las restricciones, viendo películas de Navidad y comiendo lo que más me gusta”. Para los que optáis por esta segunda opción, os proponemos una lista de films navideños.